
En el episodio 150 de TDK 90s, seguimos escuchando los discos editados en mayo de 1993. Suena Slowdive con uno de los discos definitivos del movimiento shoegaze, los Mighty Mighty Bosstones probando su costado más metalero a ver si la pegaban y Winger viendo cómo se destuía su carrera porque Beavis y Butthead se burlaban de ellos.
Slowdive – Souvlaki

Mientras que en Estados Unidos se estaba gestando la movida grunge de Seattle, del otro lado del Atlántico aparecían bandas nuevas con una propuesta totalmente diferente y muchas de ellas se aglutinaron en torno al sello Creation Records, con sede en Londres. Y en esa estaban los de Slowdive, conjunto liderado por Neil Halstead y Rachel Goswell. Su primer LP lo sacaron en 1991 y luego emprendieron la gira de presentación del disco. Ya en 1992, volviendo de Estados Unidos, volvieron al estudio para producir las canciones de su segundo disco, un clásico incuestionable del género shoegaze, que se tituló Souvlaki.
De este disco, el sencillo Alison, que además abre el disco, es uno de los temas más hermosos y memorables.
The Mighty Mighty Bosstones – Don’t Know How To Party

La fiebre del oro que desató el éxito inesperado de Nirvana a principios de los 80s hizo que no sólo bandas grunge o con pedigree de rock alternativo hayan conseguido contratos con discográficas internacionales. También les tocó a algunas aún más afuera de los alcances del radar, como les pasó a los Mighty Mighty Bosstones. La banda obviamente de Boston lleva a un nuevo nivel el orgullo bostoniano y lo hacían con un estilo de ska mezclado con punk y metal que nada tenía que ver ni con el ska punk que se estaba produciendo en California ni con la nueva camada joven que venía del estado de Florida. En Boston las cosas se hacen más frontales, más duras, más agresivas porque es el espíritu de la ciudad.
Pero firmar contrato con una multinacional como Mercury tiene su costo, y acá fue tener que escuchar a productores y directivos decirles que le bajaran un poco el acento al ska para concentrarse más en los aspectos metaleros de la banda. Nadie escuchaba ska por esos años y el metal siempre podía llegarle de rebote a algún pibe grunge… además nadie sabía por dónde iba a llegar la próxima moda y apostaban a todos los números. Por eso en el disco que editaron en 1993, Don’t Know How To Party, los Mighty Mighty Bosstones pierden un poco su identidad. pero aún asi lograron meter una de las mejores canciones de su historia, Someday I Suppose, que llegó al puesto número 19 del ranking modern Rock Tracks, su máximo logro hasta el momento pero demasiado poco para las expectativas.
Heather Nova – Glow Stars

La cantautora Heater Nova, nacida bermudeña pero nacionalizada británica, compuso su primer sencillo, Heather Frith, en 1990. En ese momento usaba su apellido real que, un año más tarde cambió «Nova», porque se pronunciaba, según ella, mejor. Tiempo después sacó un segundo sencillo, Spirit in You, que fue junto con el primero, la antesala del disco Glow Stars, publicado en 1993. Las canciones de este último disco capturan la esencia sensible y delicada de esta joven cantante pero también su costado más “feroz”, podríamos decir. «Ear to the Ground» y “Glow Stars” son dos temas que destacan por la calidez de las guitarras acústicas, mientras que otros temas como «Bare» y «Spirit in You» tienen un halo de oscuridad.
A pesar de que Heather Nova tenía en ese momento poco más de veinte años, ya rankeaba en las listas de adult pop y sus influencias más marcadas eran Patti Smith y Kate Bush.
Winger – Pull

Quizá el mejor ejemplo del poder que llegaron a tener Beavis y Butthead, estos personajes animados que habitaban las noches de MTV, fue cómo destruyeron a la banda Winger. Winger era una banda de segunda línea del metal más glamoroso que vomitaron los 80s, de esas que dejaron de existir cuando Nirvana dijo «eso ya no es el rock que representa a mi generación «. Y si bien todas esas bandas temían que uno de sus videoclips aparezca en Beavis y Butthead y sea despedazado, Mike Judge, el creador de la serie, tenía un infierno especial preparado para ellos. Y es que no hizo falta reírse de sus videos, así como Beavis y Butthead tenían remeras de Metallica y AcDc, que representaban el metal que estaba bien que te guste, al personaje más estupido y debilucho y con pésimo gusto musical le pusieron una remera de Winger. Y así de sellaron el destino de la banda, que igual en 1993 intentó revivir con su disco Pull, para muchos incluso el mejor de su carrera. Pero a nadie le importaba, el daño ya estaba hecho.
The Roots – Organix

The Roots es uno de los grupos más destacados dentro de la historia del hip hop y su atractivo reside en la búsqueda de nuevas formas de expresión del género, interpretado por instrumentos reales y con una notable influencia del jazz. En su caso, lo importante no es tanto el uso de samplers sino el desarrollo de un buen groove sobre el que los MCs del grupo puedan rapear. Se formaron en Filadelfia, por el año 1987 pero su disco debut recién se publicó en 1993, con el título de “Organix”. El disco comienza con una introducción, “The Roots is Comin’”, tema de no más de un minuto pero lo suficiente como para reconocer ahí ya un poquito del sonido del grupo: una base funky, unos teclados, y la voz del MC Black Thought. Lo sigue «Pass the Popcorn» y unos tracks más adelante el creativo «Writers Block», un relato sobre la vida en las calles de Filadelfia. Y es que este disco es una introducción a lo que The Roots haría después, pero también un registro de sus orígenes. Y si bien lo lanzaron de manera independiente, fue el Organix el que les permitió eventualmente ingresar a un sello más grande.
Fishbone – Give a Monkey a Brain And He’ll Swear He’s The Center Of The Universe

La banda de ska punk metal funk jazz fusion y todos los alrededores conocida como Fishbone editó en mayo del 93 su cuarto disco, un nuevo contendiente a mejor nombre de disco de la década, Give a Monkey a Brain And He’ll Swear He’s The Center Of The Universe. Dale un cerebro al mono y te va a jurar que es el centro del universo. Esa crisis de fe en la humanidad se trasladó a un sonido más agresivo, es el disco más duro de los Fishbone, prácticamente entero en clave heavy metal, también como un signo de los tiempos, una adaptación a lo que pedía la escena americana. Pero resultó un fracaso en todos los sentidos, la banda tenía fe que este disco los iba a sacar del under pero casi los entierra, y se fueron dos miembros de la banda, y su compañía Sony los echó y sólo les quedó el cariño de su público en los shows que dieron en aquel Lollapalooza 93.
Red House Painters – Red House Painters I – Rollercoaster

Red House Painters es un grupo de rock alternativo formado en 1989 en San Francisco por el cantante y compositor Mark Kozelek. Fue una de las bandas pilares del estilo sadcore o slowcore por las letras, los temas que tratan, como el dolor, la pérdida y la desolación, aunque musicalmente se oriente más hacia el folk-pop y en algunos momentos suene también algo shoegaze. Aunque eran norteamericanos, como te decíamos antes, oriundos de la zona de California, los Red House Painters editaron varios discos a través del sello británico 4AD. El primero fue “Down Colorful Hill” de 1992. Y un año después, en mayo de 1993, ya tenían listo el segundo: Red House Painters I o también conocido como Rollercoaster. De las sesiones de grabación surgieron 23 canciones, pero solo 14 aparecen en la versión final del LP. Las canciones restantes fueron recuperadas para el siguiente álbum, Bridge.
Dodgy – The Dodgy Album

Como los ciclos musicales suelen saltarse una década antes de cada revival, los 90s estuvieron llenos de guiños a los 70s, desde la influencias del metal lento y oscuro en el grunge al uso de samples funk en el hip hop a prácticamente toda la escena Britpop. Pero en Inglaterra hubo una banda poco referenciada dentro del britpop, una banda con pasado en los 60s también donde encabezaron el anterior fanatismo británico, la escena mod. Ellos son The Who, bastante olvidados, hasta que una banda de Birmingham, Dodgy, retomó su espíritu y lo canalizó con una impronta más moderna. Los Dodgy llevaban años tocando primero en su ciudad natal y después trasplantados a Londres hasta que lograron firmar contrato y grabaron un disco debut imprescindible para entender la profundidad musical del britpop. Pero los Dodgy tenían algo tan británico que no les permitió llegar con más fuerza al público americano y de ahí al mundial: no podían contener su sentido del humor, sus canciones están llenas de gags y ellos mismos no se tomaban en serio las entrevistas. Así que quedaron relegados a la bolsa de bandas de culto, excelentes, con mucho potencial, pero sólo disfrutados por un pequeño y selecto grupo de fans que apreciaban sus chistes y sus melodías pegadizas.