Diciembre de 1990, parte 1

En el episodio 44 de TDK 90s comenzamos a escuchar los discos editados en diciembre de 1990. Suena algo de hip hop con Paris, uno de los últimos hits bailables importados desde Inglaterra con la banda Soho y el simple de los Smashing Pumpkins que les ganó la etiqueta de “la banda del futuro”. También escuchamos discos de Bitch Magnet, The Fatima Mansions, Alice Donut y The Monochrome Set.

Paris – The Devil Made Me Do It

Siendo uno de los militantes afrocéntricos más radicales, el MC Paris luchó a lo largo de su carrera para que su música y sus letras combativas fueran aceptadas. The Devil Made Me Do It es precisamente el disco con el que debuta este rapero que ya de primeras fue censurado. Recordemos que el video del sencillo que más trascendencia tuvo el disco, «The Hate That Hate Made», fue banneado por MTV. Aún así, el disco vendió unas 300 mil copias.

El estilo de Paris es una combinación de Public Enemy y Ice Cube. El primero por las rimas provocativas, el segundo por las palabras de bronca que le salen de la boca del estómago. Pero antes de empezar su carrera profesional en el rap, Paris estudió economía en la Universidad y algo de todo esto quizás le sirvió como experiencia para darle un toque más de militancia estudiantil a las letras y algunos conocimientos que le sirvieron, tiempo después, para fundar el sello Scarface que junto con la distribución de Tommy Boy le permitió grabar  The Devil Made Me Do It. 

Soho – Goddess

Uno de los últimos hits en colarse desde Inglaterra a Estados Unidos en 1990 fue Hippychick de la banda londinense Soho. Y como prácticamente toda la música que exportó el Reino Unido durante ese año, es una canción amistosa, bailable, popera, bastante inofensiva. Pero si la deconstruimos un poco más nos encontramos con que tiene un sample de Los Smiths, de la canción How Soon Is Now, muy reconocible. Y la base rítmica está tomada de otra canción, esta vez de los Soul 2 Soul. Pero en los inicios de la composición, la banda la había pensado como un blues, algo que cambió por completo con esos dos samples, que son lo menos blusero del mundo… bueno, la guitarra de los Smiths quiza un poco podía haber encajado. Hippychick fue top 10 en Inglaterra y llegó al puesto 15 de la Billboard en América. El simple era parte de un álbum que se llamó Goddess y que no ofrece otros 11 intentos de repetir el éxito sino que se pasean por lo funky, lo reggae, lo psicodélico… aunque nadie escuchó más allá de Hippychick.

The Smashing Pumpkins – Tristessa

Y en diciembre de 1990 también se editó un single importante para el rock americano. La canción es Tristessa, de los Smashing Pumpkins, el segundo single de su carrera, y un antecedente importante del grunge, especialmente de lo que se iba a escuchar en el 91 y 92. Además, como para reforzar esta conexión grungera, el sello que lo editó fue Sub Pop, la discográfica independiente de Seattle que se convirtió en el epicentro de la escena. El simple llamó la atención de las grandes disqueras y se armó una de las disputas más feroces por ver quién los firmaba. Estas guerritas se iba a transformar en algo cada vez más común durante los 90s cada vez que una banda interesante asomaba la cabeza. Los Smashing Pumpkins al final firmaron con Caroline Records y volvieron a grabar la canción para incluirla en su disco debut, Gish el año siguiente.

Bitch Magnet – Ben Hur

Un año antes de que salga el Spiderland de Slint, la banda americana de post-hardcore Bitch Magnet sacaba su segundo álbum, Ben Hur, que abre con los 9 minutos épicos minutos que dura Dragoon, el primer tema que, junto con Valmead, son los dos temas que quizás más destacan de este álbum. El grupo no duró mucho más que este disco. De hecho uno de los guitarristas se había ido ya de la banda y aparecía otro como invitado. Pero este último disco queda como el registro del math rock de los comienzos, uno de los característicos del alt rock americano de los 90. 

Yo es que me quedaría horas escuchando esos cambios de ritmo de la batería y lo ajustado que van el resto de los instrumentos detrás, sin ir al palo, sino más relajado y abierto. Y las guitarras hay que decir que son por demás expresivas y que amplían el rango sonoro enormemente. Una curiosidad de este disco es que es el único de Bitch Magnet que trae el librito con las letras en el interior, algo que quizás destaca también la importancia que le dieron a la palabra en comparación con sus temas anteriores.

The Fatima Mansions – Viva Dead Ponies

Los Fatima Mansions aparecieron en la escena londinense a fines de los 80s con un estilo melódico y muchos sintetizadores, algo bastante previsible para la época. Pero apenas comienzan los 90s, con su segundo disco, incorporan algo del sonido abrasivo que se venía. Este contraste los volvió una banda imprevisible, que podía romper con la tranquilidad de sus canciones con una muralla de guitarras en cualquier momento. El título original del disco iba a ser Bugs Fucking Bunny, pero después de considerarlo y sabiendo que muchas tiendas de discos no lo iban a vender con ese nombre, lo cambiaron por el mucho más amistoso Viva Dead Ponies. Viva los ponies muertos.

Alice Donut – Mule

La vida de la banda Alice Donut fue absolutamente caótica, con shows, quilombos, simples y discos desperdigados a lo largo de los años sin demasiado orden. Pero el disco Mule, de 1990 sirve como una especie de piedra fundacional, no el primero pero sí el definitorio. El grupo se había formado a fines de los 80s en medio de la escena punk del Lower East Side de New York. Y uno de sus primeros padrinos fue Jello Biafra, el líder de los Dead Kennedys, que los firmó para su sello independiente Alternative Tentacles. Los Alice Donut lograban combinar, especialmente en este disco, su humor tirando a perverso, con un sentido del dramatismo que permeaba no sólo sus letras sino también unos cambios de ritmo, y de estado de ánimo, que todavía no se habían puesto de moda en la escena alternativa. Y con toda esta locura dando vuelta, las canciones igual se las arreglaban para sonar atractivas a un potencial público masivo, algo que de todas formas, nunca sucedió.

The Monochrome Set – Dante’s Casino

Los Monochrome Set tuvieron varias reencarnaciones a lo largo de los años. Su primer ciclo se había cerrado en los 80s, pero para 1990 ya estaban activos de nuevo y con un disco listo para editar, Dante’s Casino. Y desde la primer canción ya podemos reconocer que son ellos, porque a pesar de los años y de un par de nuevos integrantes, el corazón de sus canciones seguían siendo los juegos de palabras ingeniosos y una elegancia a la que pocas bandas de rock podían aspirar. El disco mantiene algunas de las referencias al pop de los 60s y la oscuridad post punk de los inicios de la banda, pero logra actualizarlas con un sonido que si bien no está atado a los 90s, tampoco suena fuera de época.

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