
En el episodio 72 de TDK 90s comenzamos a escuchar los discos editados en agosto de 1991. Suenan los Illya Kuryaki & The Valderramas con un disco debut que sorprendió a todos en Argentina, The Primitives con su pop melancólico y Robyn Hitchcock sumando a su leyenda. También escuchamos discos de The Clarks, Big Drill Car, The Wake, Skin Yard y The Field Mice.
Illya Kuryaki & The Valderramas – Fabrico Cuero

A comienzos de los 90, el rap tuvo un primer momento mainstream en argentina de la mano de dos artistas: Illya Kuryaki and The Valderramas (IKV) y Jazzy Mel. Claro que no tenían nada que ver entre sí, los IKV tenían a Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur como figuras principales, jóvenes de familias de artistas que se conocieron gracias a la amistad de sus padres y que desde chicos aparecían en los shows de la farándula del rock nacional. Jazzy, en cambio era un pibe de familia uruguaya que vivía en el sur del conurbano bonaerense y que venía rapeando desde los tiempos de la “escuelita de Morón”.
Sin embargo, ambos grupos aparecían en la tele y en la radio, en programas como Jugate Conmigo o Ritmo de la noche, tan populares en ese momento, que “vendieron”, por decirlo de alguna manera, una imagen del rap más divertido y bailable que para muchos rockeros de la época parecía “tonto” o “raro” o “yankee” o “cheto”.
Cuestión que no cualquiera saca un primer disco a través de una multinacional como EMI. Y es lo que ocurrió en 1991 con el Fabrico Cuero de los IKV. Influenciados por grupos como los Beastie Boys, Public Enemy y Run DMC pudieron grabar en un estudio profesional y con músicos de trayectoria un disco que hasta el día de hoy es considerado por muchos como el primer disco de rap nacional. Discutible, muy, esta idea, pero si es cierto que pusieron al estilo en el mapa dentro de nuestro país.
The Primitives – Galore

La segunda mitad de 1991 es el momento en que realmente la marea de la música empieza a cambiar. Por eso, bandas como The Primitives la tuvieron tan difícil para encontrar su lugar en el nuevo mapa. El grupo inglés llevaba desde mediados de los 80s haciendo un pop de guitarras super idiosincrático y hasta tuvieron un par de hits a fines de la década. Pero para su tercer disco, Galore, ya ni su propia discográfica los apoyaba y les congeló el álbum durante más de un año hasta que le pelearon que al menos lo saque a la venta. Sin promoción, sin giras, y en medio una escena inglesa que miraba de reojo al pop simple, guitarrero, simpático. El resultado fue un fracaso en las ventas y la separación de la banda, aunque el disco está lleno de canciones con gancho suficiente para haberse convertido en hits. Pero quizá en otro momento, en otro lugar.
The Clarks – The Clarks

El día que la WDVE, la mayor emisora radial de rock de Pittsburgh puso al aire el tema “Penny on the Floor”, los Clarks pasaron al salón de la fama de la ciudad. En agosto de 1991 editaron sus segundo disco, también llamado The Clarks que, al igual que el primero, fue editado de manera independiente a través del sello Substitute Records.
Los Clarks se formaron en los campus universitarios de Pensilvania a mediados de la década del 80 y primero se llamaron the Administration. Al principio hacían covers de bandas como los Replacements, los Rave Ups o U2 y un tiempito después comenzaron a componer algunos temas y grabaron un primer disco con horas de estudio gratis que se ganaron en una competencia de talentos local.
En 1991, grabaron el segundo que, gracias a la radio, hay que decirlo, a la exposición que tuvo el sencillo principal del álbum, consiguieron alcanzar una audiencia bastante importante en la región.
Robyn Hitchcock & The Egyptians – Perspex Island

Robyn Hitchcock editó en agosto de 1991 el noveno disco de su carrera, Perspex island, el quinto junto a su banda The Egyptians. Y sufrió por primera vez en su carrera el dedo acusador más común de los 90s, el de sellout, ser un vendido, entregar su integridad artística por vender más discos.
Y todo esto por dos hechos concretos. Primero por la calidad de producción del disco, muy pristina, muy cuidada y de alta definición, en contraste con el sonido más crudo de prácticamente toda su vida. Y segundo y principalmente porque una de sus canciones se convirtió en un hit. Pero ojo que no un hit de los rankings pop, ni siquiera un hit del ranking de rock clásico… su canción So You Think You’re In Love llegó al puesto número 1 del Modern Rock Tracks, el ranking de la revista Billboard que medía los discos independientes y alternativos. Los parámetros de qué era venderse al sistema en los 90s son impensados para la industria musical de esta década.
Big Drill Car – Batch

La escena musical de Los Angeles durante la década de los 80s estaba dividida en mil géneros. Pero había uno que dominaba el mainstream, la industria, las ventas y las chicas, el heavy metal, y uno que dominaba el underground y la credibilidad callejera, el punk. Y estas dos puntas, nunca jamás se tocaban.
O casi nunca, porque la banda Big Drill Car intentaba algo parecido, a los ritmos veloces, las guitarras y las melodías punk, le agregaban cierta actitud de rock de estadios y momentos pesados y más lentos. Y su segundo disco, Batch, de 1991, es probablemente el mejor ejemplo de este estilo que realmente no encontraba su lugar en la escena musical, ni de Los Angeles ni del resto del país. Pero su influencia se sintió y mucho en el sur de California, desde donde iban a aparecer en los años siguientes una serie de bandas con un estilo muy parecido pero con mucho más éxito. Por ejemplo, The Offspring.
The Wake – Major John

Sarah Records es el sello madre de todas, o casi todas, las bandas de indie pop británicas. Pero no cualquier indie pop, el indie pop de dormitorio. No porque tengan un contenido sexual, aunque muchas sí lo tengan, sino porque tienen ese sonido chiquito, íntimo, casi susurrado. Y muchas hasta han grabado en sus propios dormitorios.
Y dentro de ese género tan particular de pop, y de ese sello, lleno de adolescentes recién iniciados y jóvenes depresivos, estaban también The Wake, que en 1991 ya llevaban 11 discos editados en 10 años de carrera. Y este trío veterano de la escena editó en agosto de ese año su nuevo simple, Major John, una canción dedicada a un mayor de las fuerzas armadas que termina de decidirse si es un bardeo o un homenaje. Porque en el tono del indie pop, hasta el insulto más feroz puede sonar como una caricia musical.
Skin Yard – 1000 Smiling Knuckles

Para muchos, Skin Yard fue una banda pionera del grunge de Seattle. Para otros, también lo fue del stoner. En algo coinciden y es que 1000 Smiling Knuckles, el cuarto disco que sacaron en solo 4 años, es quizás su mejor momento. “Fueron unos adelantados”, se dirá. Sí, junto con esa primera camada de grupos que salieron de la escena grunge de mediados de los 80 como Soundgarden, los Melvins, Mudhoney o Green River.
Skin Yard es también la banda de Jack Endino, productor del Bleach de Nirvana y de otros tantos discos de las bandas que formaron la escena SubPop. Y Matt Cameron también fue parte de la banda, que después terminó tocando en Soundgarden.
Los Skin Yard se formaron en 1985 y poco tiempo después del inicio participaron del compilado Deep Six y sacaron un primer disco. Como suele suceder en las bandas, pasaron por mil cambios de formación, consiguieron editar dos álbumes más y el 1000 Smiling Knuckles en 1991, momento de despegue del grunge en el mainstream americano. Ellos, sin embargo, nunca salieron del underground y al poco tiempo, en 1992, después de sacar su quinto disco, se separaron.
The Field Mice – Missing The Moon

The Field Mice fue una de esas bandas que estuvieron relacionadas con el sonido del indie pop post c-86 y con la movida que se gestó en torno a la discográfica Sarah Records. Los Field Mice hacen un estilo medio crossover entre indie pop, ambient/electrónica y shoegaze/dreampop. En este tema se van más por el lado de la electrónica, muy cercano a lo que hizo luego Saint Etienne, banda que estuvo bastante influenciada por este grupo, tanto que grabaron un cover de ellos, “Let’s Kiss and Make Up”.
En 1991 editaron con ellos “For Keeps”, su primer larga duración, porque previamente habían sacado dos EPs y algunos sencillos pero no un disco entero. Y en agosto lanzaron, sí, el sencillo en flexidisc de 12” “Missing the Moon”, que incluía un tema de 7 épicos minutos.