
En el episodio 83 de TDK 90s terminamos de escuchar los discos editados en octubre de 1991. Suena MC Hammer ya sin el Mc y sin hits, The Field Mice abriendo el campo de la electrónica ambiental y Ice Cube solidificando la figura de Ice Cube. También escuchamos discos de The Cruel Sea, The World Of Twist, Wir, Big Daddy Kane y Superchunk.
Hammer – Too Legit To Quit

A fines de octubre de 1991 llega el cuarto disco de MC Hammer, que en realidad en un ejercicio de renacimiento o rebranding, se había sacado el MC y se hacía llamar simplemente Hammer. Y no es casualidad. Es que Hammer venía de un par de años en los que para muchos se había convertido en un chiste: por su ultra mega hit Can’t Touch This, por sus pantalones, por sus pasitos de baile. Hammer era el rapero más popular y más vendedor por lejos, pero también el más despreciado por sus colegas del hip-hop.
Y las expectativas por el lanzamiento del disco Too Legit To Quit estaban por las nubes. Su sello discográfico Capitol Records había invertido un millón de dólares en la campaña publicitaria, la más cara de la historia hasta ese momento. Más otros cientos de miles en videoclips con calidad de Hollywood. Y además es un buen disco, con unas creaciones musicales llenas de soul y un Hammer que se había esmerado en sus rimas para demostrar que no era sólo una moda. Pero… fue un fracaso comercial. Vendió solamente 5 millones de discos. 5 millones, el fracaso más popular de la historia.
The Field Mice – For Keeps

“For Keeps” es el tercer y último disco de The Field Mice, álbum que editaron a través del sello Sarah Records después del Skywriting y del Snowball que fueron como mini-álbumes. Este grupo indie de Londres era un poco la joyita de Sarah Records y fue una de las bandas que dio a conocer el estilo “jangle pop”, aunque también se juntaban un poco con los “shoegaze” y con cierta electrónica ambiental, sobre todo en este último disco.
La voz suave de Anne Marie Davies le aporta una emoción particular a las canciones y junto con Bobby Wratten arman unos duetos increíbles que inspiraron a muchas otras bandas del shoegaze, el dreampop y la Neo-Psychedelia.
The Cruel Sea – This Is Not The Way Home

Rock indie australiano, uno de nuestros platos favoritos. Dentro de toda esa camada de bandas de Australia de fines de los 80s y principios de los 90s, que parecía que iban a comerse el mundo y no lograron trascender las fronteras de Oceanía, The Cruel Sea fue una de las que mayor reconocimiento logró. Y su segundo disco, This Is Not The Way Home, es un punto alto en su carrera, creando no sólo canciones sino un clima general de principio a fin, y es un disco que suena a un clásico, no se sabe si es del 91, del 81, del 61 o del 2001. Los periodistas de rock lo amaron y alguno llegó a decir que era la banda de sonido perfecta para un road trip, algo que recomendamos firmemente, este es un disco para sacar a pasear por la ruta y cuanto más desolada, mejor.
The World Of Twist – Quality Street

Wir – The First Letter

En 1991 la legendaria banda post-punk Wire llegaba a su noveno disco, The First Letter, la primera letra. Pero a la vez, perdía su última, la e de Wire, porque lo firmaron como Wir. Y no lo hicieron para hacerse los raros, aunque sí un poco eran unos viejos raros. Lo hicieron porque antes de grabar el disco se fue de la banda el baterista Robert Gotobed, hinchado las bolas de que cada vez lo dejaban tocar menos la batería y se la pasaban usando drum machines y samples. Él se fue enojado, pero sus amigos lo respetaron y le sacaron una letra al nombre en su honor. Y el disco es un muestrario perfecto del aspecto más experimental de los Wire, menos ocupados por las letras y las melodías y más obsesionados con crear el groove perfecto y ambientes extraños.
Ice Cube – Death Certificate

En 1991 Ice Cube estaba armando un poco de revuelo. “Death Certificate”, su segundo disco de estudio, puso a los críticos del periodismo especializado en su contra: lo tildaron de anti-blanco, misógino y antisemita. Acusaciones que no son menores, claro.
El disco se divide en dos partes: “Death Side” (una mirada desde el presente) y “Life Side” (una mirada del futuro). Inclye también el tema “No Vaseline” que fue la respuesta al “100 Miles and Runnin” de los NWA y también este tema “Black Korea” que para algunos fans fue como una profecía de las reyertas callejeras de 1992 en Los Ángeles.
Y 19991 fue un año movidito también para Ice Cube que estuvo trabajando en lo suyo, en este disco y en la peli Boyz n the Hood, pero también en el debut de Yo-Yo y en el de su primo Del tha Funkee Homosapien.
Big Daddy Kane – Prince Of Darkness

Con la participación especial de Q-TIp y Busta Rhumes, el rapero Big Daddy Kane lanzó en octubre su cuarto material de estudio titulado El Príncipe de la Oscuridad, “Prince of Darness”. El sello que lo editó, Cold Chillin’ Records, decidió acompañar la salida de este disco con el lanzamiento de una serie de sencillos, a la usanza, que fueron «Groove with It», «Raw ’91» y «The Lover in You».
Un tierno Kane y es que en este disco se pone más soulero que en los anteriores y más técnico en cuanto a la productividad de sus rimas que es lo que lo destacó desde su época de batallas. Además de su encanto y sensualidad que lo llevó a posar para el photo sex álbum de Madonna en el 92.
Superchunk – No Pocky For Kitty

Los Superchunk eran una de las bandas indie más buscadas por los reclutadores de los grandes sellos discográficos en la etapa pre-explosión de Nirvana. En los años siguientes prácticamente a cualquier banda que suene un poco punk y tenga algo de credibilidad le ofrecieron un contrato con alguna de las majors. Pero a Superchuck se lo ofrecieron primero, y Superchuck lo rechazó primero. Y eligieron seguir con su su sello independiente para su segundo disco, No Pocky For Kitty. Por cierto, su sello independiente era Matador Records, que era un gigante entre estas pequeñas compañias. Y como para cementar su carnet indie, lo contratan a Steve Albini para producir su disco y lo graban en Chicago. La banda acá muestra el camino sobre cómo mezclar punk con algunos ritmos más lentos y se adelantan al sonido alternativo que muchos iban a imitar en los años siguientes. Y además, los Superchunk no eran nihilistas, estos chicos hacían punk optimista.