
En el episodio 119 de TDK 90s terminamos de escuchar los discos editados en agosto de 1992. Tenemos discos importantes de bandas argentinas como Attaque 77 y Roxette, bueno ellos no argentinos argentinos pero si por adopción y con un disco con dos canciones grabadas en un hotel de Buenos Aires.
Attaque 77 – Ángeles Caídos

Con un sonido más melódico que en “El cielo puede esperar”, los de Attaque 77 editaron en 1992 el tercer disco de su carrera. “Ángeles caídos”, así se llama el álbum, fue producido por Juanchi Baleiron (guitarrista de Los Pericos), quien ya había trabajado con la banda en el disco anterior. Esta es la última grabación de Adrián Vera, que abandonó la banda poquito tiempo después del lanzamiento.
En este disco los de Attaque se distancian un poco del sonido ramonero y se conectan con otro tipo de punk que, como te decíamos, suena más melódico. Creo que la incorporación de algunos teclados y las estructuras más complejas de las canciones hacen que suene de esa manera. Las letras también son más elaboradas en este disco y todos esos elementos dan cuenta de cierto grado de madurez en la banda y en la forma de componer y trabajar.
De este disco destacan canciones como “Ángeles Caídos”, «América», «Chicos y perros» y el cover José Luis Perales «Por qué te vas».
Roxette – Tourism

Los adorados suecos de Roxette se encontraron con un problema con su cuarto disco, editado en agosto de 1992. El nombre del disco era Tourism, que significa turismo pero que suena muy parecido a tour, a gira. Es más suena a nombre ingenioso que una banda podría ponerle a su disco de shows en vivo. Pero no, el disco no era un disco en vivo. Ellos decían que era un disco de tour, no un disco de vivos. Se imaginan la confusión generalizada. Y la tapa no ayudaba, con un collage de imágenes de ellos tocando en vivo y algunos souvenirs de viajes.
El concepto era interesante, canciones que la banda grabó en distintos lugares mientras estaba de gira, de hecho el nombre completo era Tourism: Songs from Studios, Stages, Hotelrooms & Other Strange Places. Y Sudamérica tuvo una parte importantísima en este disco y en su gira y básicamente en la popularidad global que lograron los Roxette. Acá hay una canción tocada en un boliche vacío de Sao Paulo y dos que grabaron en su hotel en Argentina. Y fueron previsores porque la única repercusión del disco la vieron en América Latina, donde la canción How Do You Do fue un hit casi a la altura de sus éxitos del pasado reciente.
Screamfeeder – Flour

Después de unos años tocando bajo el nombre de The Madmen -gran nombre de banda- estos tres muchachos australianos pasaron a llamarse Screamfeeder. Influenciados por el punk británico de los 70s y el pop británico de los 80s, casi no tienen referencias sonoras australianas claras, y hasta el acento con el que cantan parece importando del Reino Unido. El tema es que sin poder encontrar una discográfica que los fiche, arman la propia y editan un ep, y entonces sí ahí picó una compañía y les hizo un contrato. Y el disco debut, editado en 1992, se llamó Flour -pésimo nombre de disco-. Pero sólo el nombre es pésimo, porque los Screamfeeder ya desde el principio se posicionaron como una banda internacional y un estilo agresivo pero popero que les ganó muchos fans alrededor del mundo.
Jughead’s Revenge – It’s Lonely At The Bottom

Los Jughead’s Revenge se formaron en el año 1989 cuando el guitarrista Joe Rimicci y el bajista Brian Preiss (ex miembro de otra banda llamada Broadax) iniciaron la búsqueda de un cantante para su nueva banda. Y así dieron con Joe Doherty, un pibe que les recomendó un amigo de otra banda. Ellos tres, junto con el baterista Kevin Heller fueron la primera formación del grupo. Su primer disco, Unstuck in Time, lo sacaron en la primavera de 1990 de manera autogestiva, pero contaron con la asistencia de Brett Gurewitz, guitarrista de Bad Religion en la producción. Y así empezaron, al poco tiempo de sacar el disco ya estaban de tour por algunas ciudades de Estados Unidos. Y en 1992 consiguieron editar un segundo material de estudio que se titula “It’s Lonely at the Bottom” y en esta ocasión contaron con la ayuda de Thee Slayer Hippie, de Poison Idea. Y con este material bajo el brazo, emprendieron una gira en Europa.
Shonen Knife – Let’s Knife

La banda Shonen Knife era tan popular en Japón que en 1992 editaron un disco con canciones viejas pero esta vez cantadas en inglés, y aún así lograron meterse en el Oricon, el ranking musical nipón. El disco se llamó Let’s Knife y fue la presentación al mundo de este grupo fundamentalmente kitsch que mezclaba el pop de los 60s con el punk neoyorkino de fines de los 70s. Y muchas de sus letras hablan de la cultura pop americana, así que imaginen el pastiche de ese prisma kisch releyendo a Estados Unidos traducido del japonés al inglés. Era realmente un espejo retorcido en el que el imperio cultural era forzado a mirarse. Y a través de la música y palabra encima de dos chicas, Naoko Yamano y Michie Nakatani. Como dijo algún crítico en su momento, “estas chicas cantan como mujeres poseídas por el poder y la majestuosidad del rock en un nivel que bordeo lo inspiracional y ayuda a combatir la misantropía de la escena americana”.
The Ocean Blue – Beneath Rhythm And Sound

Dejando atrás el minimalismo meloso de sus primeros dos discos, los Ocean Blue se aventuraron con un nuevo material que se titula “Beneath the Rhythm and Sound”. Para algunos, este disco es un quiebre en el estilo de la banda de Pensilvania, que ahora se encuentra mucho más cómoda con los sonidos etéreos y las melodías muy muy inspiradas en Morrissey.
Mike Oldfield – Tubular Bells 2

El músico electrónico Mike Oldfield se hizo archipopular en 1973 con su disco Tubular Bells, un álbum que se volvió un clásico de la década y prácticamente de todos los tiempos. El nombre Mike Oldfield y Tubular Bells quedaron asociados para siempre y fue muy difícil separarlos. Y ese había sido el disco debut del músico, así que el resto de su carrera fue directamente dedicada a tratar de crear algo nuevo y valioso que no se llame Tubular Bells. Pero su sello Virgin Records, y especialmente su dueño, el multimillonario Richard Branson se pasaron años insistiendo con que querían la parte 2. Harto, Mike Oldfield dice basta en el 91 y no renueva contrato con Virgin.
Y qué es lo primero que hace en su nuevo sello? Tubular Bells parte 2! Y después de más de un año de trabajo, remapeando por completo el disco original, reinventado cada una de sus partes y hasta contratando al actor inglés Alan Rickman -el malo de duro de matar- para interpretar algunas voces, el album estaba terminado. Y sonaba a los 70s. Y los 70s no eran los 90s, y en los 90s a nadie le interesaba ya lo que hacía Mike Oldfield.
Def Leppard – Adrenalize

Después del éxito que consiguieron con el Hysteria, los de Def Leppard se tomaron un tiempito para producir algo tan bueno como eso. Y le pasaron algunas cosas no tan tan buenas. En esos cinco años Eliott y compañía se tomaron para grabar nuevo material, el guitarrista fundador Steve Clark se muere por sobredosis al ingerir una mezcla de codeína, valium, morfina y alcohol. En el camino también pierden en el camino al productor Mutt Lange y el disco fue producido finalmente por Mike Shipley y la propia banda.Y así, después de tantas vueltas, llegó Adrenalize, un disco que siguió las pautas de su disco anterior y trajo temas rockeros, baladas metaleras y sobre todo un gran trabajo de producción. A pesar de no haber vendido tantas copias como sus antecesores, Pyromania e Hysteria, el disco debutó en el #1 de las listas más importantes del mundo y alcanzó a ser triple platino en Estados Unidos. Al menos por un ratito, el metal pudo ganarle al grunge.